Biografía – San José Sánchez Del Río

por | Jun 8, 2020 | Blog, José Sánchez del Río | 0 Comentarios

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Fecha de nacimiento: 28 de marzo de 1913.
Fecha de fallecimiento: 10 de febrero de 1928 (14 años).
Fecha de canonización: 16 de octubre de 2016.
Festividad: 20 de noviembre​ (México: 10 de febrero).

San José Sánchez del Río nació el 28 de marzo de 1913, en Sahuayo de MorelosMichoacán. Asistió a la escuela y vivió en el centro de Sahuayo, siendo de las mejores familias. Se integró a las vanguardias del grupo local de la ACJM en Sahuayo, al decretarse la suspensión del culto público, José tenía 13 años y 5 meses. Su hermano Miguel decidió tomar las armas para defender la causa de Cristo y de su Iglesia. José, viendo el valor de su hermano, pidió permiso a sus padres para alistarse como soldado; su madre trató de disuadirlo, pero él le dijo: «Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión». Su madre le dio permiso, pero le pidió que escribiera al jefe de los Cristeros de Michoacán para ver si lo admitía. José escribió al jefe cristero y la respuesta fue negativa. No se desanimó y volvió a insistir pidiéndole que lo admitiera, si no como soldado activo, sí como un asistente.
En el campamento se ganó el cariño de sus compañeros que lo apodaron «Tarsicio». Su alegría endulzaba los momentos tristes de los cristeros y todos admiraban su gallardía y su valor. Por la noche dirigía el santo rosario y animaba a la tropa a defender su fe. 


El 5 de febrero de 1928, tuvo lugar un combate, cerca de Cotija. El caballo del general cayó muerto de un balazo, José bajó de su montura con agilidad y le dijo: «Mi general, aquí está mi caballo, sálvese usted, aunque a mí me maten. Yo no hago falta y usted sí» y le entregó su caballo.

Tras el combate, lo tomaron prisionero en las cercanías de Cotija, y lo llevaron a Sahuayo, donde lo encarcelaron en la parroquia, en custodia de su padrino Rafael Picasso.

Desde la prisión escribió una carta a su madre, el 6 de febrero de 1928: 

    «Querida mamá: Fui hecho prisionero en combate en este día. Creo    que en los momentos actuales voy a morir, pero no importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios. No te preocupes por mi muerte, que es lo que me mortifica; antes diles a mis hermanos que sigan el ejemplo que les dejó su hermano el más chico. Y tú haz la voluntad de Dios, ten valor y mándame la bendición juntamente con la de mi padre. Saluda a todos por última vez. Y tú, recibe el corazón de tu hijo, que tanto te quiere y, verte, antes de morir, deseaba.» José Sánchez del Río

El viernes 10 de febrero lo sacaron de la parroquia al mesón general del ejército federal. Le desollaron las plantas de los pies, y lo obligaron a caminar descalzo con los pies desollados por la calle Insurgentes, hasta topar con lo que hoy es el Instituto Sahuayens; dieron vuelta al Boulevard y siguieron hasta llegar al panteón Municipal.

Durante todo el proceso, José dio repetidas vivas a Cristo Rey y a la Virgen de Guadalupe. Llorando pero a la vez rezando por el camino, le fue señalada su tumba y poniéndose al pie de ella fue sometido a ahorcamiento y acuchillamiento por sus verdugos. Uno de ellos, Rafael Gil Martínez apodado «El Zamorano», lo bajó del árbol donde había sido colgado y le preguntó: ¿Qué quieres que le digamos a tus padres? José respondió con voz de mucha fatiga: Que viva Cristo Rey y que en el cielo nos veremos Mientras salían de su boca estas exclamaciones, el capitán le disparó a la cabeza, y el muchacho cayó dentro de la tumba, bañado en sangre, y su alma volaba al cielo. Era el 10 de febrero de 1928. Sin ataúd y sin mortaja recibió directamente las paladas de tierra y su cuerpo quedó sepultado, hasta que años después, sus restos fueron inhumados en las catacumbas del templo expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús. Actualmente reposan en el templo parroquial de Santiago Apóstol, en Sahuayo, Michoacán.