

ALEGRÍA
- Para nosotros la base de toda santidad consiste en estar siempre alegres. (VI, 356).
- Alegría, estudio y piedad: es el mejor programa para hacerte feliz y que más beneficiará tu alma. (VII, 494).
- Muéstrate siempre alegre, pero que tu sonrisa sea sincera. (VI, 697).
- Para ser bueno basta practicar tres cosas y todo te resultará a pedir de boca. ¿Cuáles son estas tres cosas?: Alegría, estudio y piedad. (VII, 494).
- ¡Mi mayor satisfacción es verte alegre!. (IX, 627).
- Estando siempre alegres, ni cuenta nos daremos qué pronto pasa el tiempo. (I, 374).
- Es imposible pretender cosas extraordinarias de la juventud, ya es bastante lograr simplemente que sean buenos y que estén siempre alegres. (II, 566).
- Dios favorece al hombre alegre. (IX, 819).
- El demonio no puede resistir a la gente alegre. (X, 648).
- Alegría, oración y comunión son el secreto de nuestra resistencia. (X, 1178).
- Si quieres una vida alegre y tranquila, procura estar siempre en gracia de Dios. (XII, 133).
- Para ejercer una influencia benéfica entre los niños, es indispensable participar de sus alegrías. (XII, 207).
- ¿Queréis estar siempre satisfechos y risueños?. Es la obediencia la que nos lleva a esa alegría. (XIII, 210).
- Vuestras plegarias y alabanzas para que sean agradables a Dios, hacedlo no solamente con recogimiento de espíritu, sino con gozo y alegría de corazón. (BAC, 679).
- Lo que alegra y halaga al cuerpo, ha de beneficiar también al espíritu, para que así todo se disponga a la mayor gloria de Dios. (XII, 143).
- Al Señor le agrada que le sirvan con gusto, porque haciéndolo con alegría y de corazón, se ama más a Dios. (XII, 610).
- Mientras los alumnos se dejen guiar por la obediencia, como una madre lleva de la mano a su hijo, reinará la paz y la alegría en nuestro Oratorio. (XVII, 111).
- Mientras conservéis vuestra alegría, os alejaréis del pecado. (III, 603).