CONCIENCIA

  • Por nosotros mismos somos incapaces de descubrir nuestros defectos. (IX, 999).
  • Nadie mejor para aconsejarnos, que el Director de nuestra conciencia. (XI, 300).
  • Conciencia pura y limpia, he aquí la verdadera tranquilidad para servir al Señor. (II, 385).
  • Conservad vuestra conciencia en tal estado, que os permita acercaros, según el consejo del confesor, todos los días a la Santa Comunión. (V, 926).
  • Dichosos aquellos que en esta vida no tienen que soportar remordimientos de conciencia. (V, 926).
  • Está bien que uno sea siempre limpio y aseado en su persona, pero es mucho mejor que esto, tener la conciencia pura de todo pecado. (XIII, 417).
  • Sed prudentes, pero no olvidéis nunca que vuestra prudencia debe consistir en salvaguardar vuestra fe, la conciencia y vuestra alma limpia. (VII, 32).
  • Quien tiene paz en su conciencia, lo tiene todo. (XI, 248).
  • Quien no es capaz de perseverar en tal estado, que su conciencia le permita comulgar durante una semana, yo aconsejo no admitirlo a la Comunión frecuente. (XII, 131).
  • Un joven que haya tenido la desgracia de no confesarse bien, de haber hecho una confesión sacrílega, tiene su conciencia hecha una verdadera borrasca. (XII, 132).
  • Tened la seguridad que cuando un joven por desgracia deja embrollar su conciencia, con el pasar de los años se va empeorando. (XIII,270).
  • Es ardiente deseo de la Iglesia que todo cristiano viva siempre en tal estado que pueda recibir todos los días la Santa Comunión. (XIII,419).
  • Es aconsejable que cada año se haga examen general de nuestra conciencia. (XV; 606).
  • No hay nada más penoso para un sacerdote que tener que ver con una conciencia confusa. (XVI 222).