DIRECTORES

  • Para que vuestra palabra tenga prestigio y obtenga el efecto deseado, es necesario que el superior en toda circunstancia destruya su propio YO. (VI, 389).
  • La gloriosa distinción de nuestra congregación debe consistir en nuestra castidad. (XIII, 83).
  • ¡Cuánto se encariña un joven viéndose bien tratado!. Pone su corazón en manos del Superior. (XII, 88).
  • No mandar cosas dañosas a la salud o que impidan el necesario reposo o hagan descuidar otras obligaciones u órdenes de otro superior. (Manual del Director, XVIII, 89).
  • Al mandar, empléense siempre expresiones y palabras de caridad y de mansedumbre. Las amenazas, la ira y sobre todo la violencia, estén siempre ausentes de tu hablar y de tus acciones. (Manual del Director, 189).
  • A los maestros que no les falte nada para la comida, para el descanso y para la Ten en cuenta sus fatigas; y si se enferman o simplemente sienten molestias de salud, reemplázalos prontamente. (VII, 524 -5).
  • Que te amen, que no te teman: al mandar y al corregir, da a entender que deseas el bien, y no tu Toléralo todo cuando se trata de impedir el pecado. Que todos tus esfuerzos vayan dirigidos al bien de las almas que se te han confiado. (VII, 524).
  • Trata con preferencia los asuntos que atañen a los hermanos. (XVII, 266).
  • Exige de los hermanos solamente lo que son capaces de hacer y nada más. (XVII, 260).
  • Cinco normas indispensables para el buen gobierno de la Casa: 1º. Cuenta de conciencia mensual; 2º. Leer cada semana una parte de las Reglas o una parte de las deliberaciones capitulares. 3º. Distribuir bien las ocupaciones . El prefecto cuide de la disciplina y de lo necesario para la mesa. 4º. Haya un encargado de la sacristía y del pequeño clero. 5º. Cada uno dé sus clases lo mejor que pueda. (XII,124).
  • Los Directores, conozcan bien a sus súbditos y con exactitud, nuestras Constituciones. A éstas deles toda la autoridad y la importancia suprema que realmente tienen.  (XII, 80).
  • El Director tenga ascendiente sobre los jóvenes, y para conseguirlo: 1º. Sea tenido por 2º. Tenga reputación de docto en cualquiera rama de la ciencia, especialmente en las que interesan a los jóvenes. Si le preguntan y no sabe responder, diga al joven: ahora no tengo tiempo, mañana te responderé, y es necesario que se instruya en aquel punto para responder con precisión. 3º. Que los jóvenessepan que son amados. (VI, 302).
  • Dejo esto como testamento a los Directores de las Casas particulares: Si estos avisos son puestos en práctica,muero tranquilo, porque estoy seguro que nuestra Sociedad será cada día más floreciente delante de los hombres y bendecida por el Señor, y conseguirá su fin, que es la mayor gloria de Dios y la salvación de las (Manual del Director, 190).
  • Un superior ha de ser padre, médico, juez, y debe estar dispuesto a soportar y a olvidar. (VII, 508).
  • Procura repartir las ocupaciones de tal modo que nadie esté sobrecargado de responsabilidades, y que cada uno cumpla físicamente aquellos encargos que le fueron encomendados. (Manual del Director, 187).
    • Instala cuanto antes la Compañía de la Inmaculada Concepción. Tú serás tan sólo promotor y no director: considera esto como incumbencia de los chicos… (VII, 526).
    • En la Casa de Don Bosco, ninguno ha de estar a la fuerza. (XIII, 205).
    • La cosa más útil para la Congregación es la observancia de las reglas. (X, 1089).
    • Cuando recibas queja de alguien, aclara primero bien los hechos antes de juzgar. Con frecuencia se te dirán cosas que parecen vigas, y que no son más que pajuelas.  (VII, 524).
    • Evita las demasiadas modificaciones en el alimento y no descanses menos de seis horas por la Esto es necesario para conservar la salud y promover el bien de las almas. (VII, 524).
    • Preguntarás: ¿Con qué palabras se gana el corazón de los muchachos?. Con las mismas que un día te dijeron a V.g.: ¿Cómo estás? -Bien-. ¿Y del alma?. -Así, así-. Deberías ayudarme en una gran empresa: ¿me ayudarás?. -Si, ¿pero en qué cosa?-. En hacerte bueno. O bien: a salvar tu alma; o bien: a hacerte el más bueno de nuestros jóvenes. Con los más disipados: ¿Cuándo vas a comenzar?. -Qué cosa-. A ser mi consuelo, a tener la conducta de Domingo Savio. Con los más alejados de los Santos Sacramentos: ¿Cuándo quieres que rompamos los cuernos del demonio?. -¿En qué forma?-. Con una buena confesión. -Cuando usted quiera-. Lo más pronto posible… (Manual del Director, 194).
      • Los aspirantes necesitan al menos dos conferencias especiales cada En ellas trátese de cuánto debe practicar o evitar un jovencito para poder ser buen cristiano. «El joven cristiano» proporciona los principales argumentos sobre esta materia. (XVII, 263).
      • Esforcémonos en adaptarnos a nuestro Respaldemos a las Autoridades… Procúrese respetarlas y hacerlas respetar, sosteniéndolas aún a costa de sacrificios. Estos sacrificios serán, con el tiempo y la paciencia, recompensados por Dios. (XVI, 416).
        • Los Directores, responsables ante el público, hagan todos los esfuerzos, para conservar la moralidad. Los medios son las Reglas y lasdeliberaciones, que deben ser observadas primero por ellos, y por sus Para esto es necesario que se conozcan. Por consiguiente, en las dos conferencias mensuales, hágalas conocer. NO SE REQUIEREN CONFERENCIAS DOCTAS; basta que se lean y después se agregue una breve exhortación y explicación. (XVI, 416).
          • ¡PREVENIR… NO REPRIMIR!. ¿Qué importa reprimir los desórdenes después de que han ocurrido?. ¡Ya se ha ofendido a Dios!. (IV, Cap. VII).
          • Es un gran error y trabajo perdido el no cumplir las cosas propuestas y aprobadas en Capítulo. (XVII, 270).
          • Para tratar asuntos de relativa importancia en el Capítulo, propóngase de antemano bien por escrito o verbalmente los asuntos que se quieran tratar. (XVII, 270).
          • Con paciencia estudia el carácter de las personas. O mejor aún: examina bien lo que valen los hermanos que trabajan dependiendo de ti. (XVII, 260).
            • No permitas que se critiquen las órdenes dadas en familia, ni que se desaprueben las cosas oídas en los sermones y en las conferencias, o escritos, o impresas en los libros de algún hermano. (XVII, 267).
            • Eviten todos las novedades a excepción de las propuestas en las Conferencias o Capítulos. (XVII, 270).
            • Es indispensable que conozcas el reglamento que cada hermano debe practicar en el cargo que se le ha confiado. (XVII, 266).
            • Si los motivos de los desórdenes o reproches fuesen públicos, es necesario llamar la atención públicamente. (XVII, 266).
            • En las confidencias, concede el tiempo y la libertad de hacer sus reflexiones y manifestar sus necesidades y sus intenciones. (XVII,266).
            • Como a pesar de los sacrificios y de la buena voluntad, algunas veces se deben sostener pleitos y litigios; aconsejo y recomiendo que se remita la controversia a uno o dos árbitros con plenos poderes, dejando en sus manos la decisión. (XVII, 268).
            • La exacta observancia de las reglas, y especialmente de la obediencia, es la base del éxito. Si quieres que los demás te obedezcan, sé obediente a tus superiores. Ninguno es apto para mandar si no es capaz de obedecer. (Manual del Director, 187).
              • En vez de hacer observaciones sobre lo que hacen los otros, esfuércese cada uno con la mayor solicitud posible por cumplir los cargos que le fueron encomendados. (XVII, 268).
              • Para que la corrección sea eficaz, no se debe jamás reprender en presencia de otros. (I,153-4).
              • Cuando algún hermano tuviese rivalidades y oposiciones con otros hermanos, es aconsejable que se cambie de Casa y ocupación. Perosea siempre amigablemente prevenido de sus defectos y sugiéransele normas para regularse mejor en el porvenir y evitar los choques. (XVII, 268).
              • Cúmplase puntualmente todos los acuerdos, y vigílese atentamente para que las deliberaciones no resulten nunca contradictorias. (XVI,270).
              • Tanto en la Iglesia como en las Conferencias, no se permitan jamás alusiones personales. Los avisos, las reprensiones, las indirectashechas públicamente, ofenden y no logran enmienda. (XVII, 266).
              • Trate con frecuencia y con mucha familiaridad a los hermanos, insistiendo en la necesidad de la observancia uniforme de las Constituciones y en cuanto sea posible, recuerde las palabras textuales de las mismas. (XVII, 267).
              • Sé paternal en las confidencias (cuenta de conciencia). Abre tu corazón a todos, sin que jamás manifiestes rencor a nadie, sin recordar faltas pasadas, sino da paternalmente avisos o llama al deber a quien fuese negligente. (XVII, 266).
              • Es importante: Cuando un hermano tiene fricciones con las autoridades eclesiásticas de una ciudad, lugar o Diócesis, el Superior use la debida prudencia y déle otro cargo. (XVII, 268).
              • En el Consejo, concédase a todos amplia libertad de hablar sobre los argumentos, en pro o en contra, como a cada uno le parezca mejor en la presencia de Dios. (XVII, 270).
              • NO te olvides nunca de tomar la cuenta de conciencia mensualmente en cuanto sea posible; en esta ocasión recuerda que el Directortiene que ser el amigo, el hermano, el padre de sus subalternos. (XVII, 266).
              • Presentándose problemas graves, consúltese con el Superior y aténgase estrictamente a su parecer. (XVII, 269).
              • La confianza es como una corriente eléctrica entre los alumnos y superiores. Conecta los corazones, manifiesta las necesidades y descubre los defectos. (XVII, 111).
              • LA habilidad de un Superior no consiste sólo en hacer, sino también en procurar que los otros hagan su parte, TODOS ESTÉN DE ACUERDO EN AYUDARSE MUTUAMENTE. Estúdiese el modo de disminuir el trabajo, procurando que haya exactitud en todo. (XVI, 420).
              • Cuando el Director descubra a un joven de costumbres sencillas, de carácter bueno, procure ganar su confianza, busque con frecuencia su conversación. Escúchelo de buena gana, encomiéndese a sus oraciones, asegúrele que reza por él en la Santa Misa, invítelo, por ejemplo a que haga la Santa Comunión en honor de la Sma. Vírgen, o en sufragio de las almas del Purgatorio, por sus padres, por sus estudios, o cosa parecida. Al terminar sus estudios en el Colegio, ayúdelo a escoger su vocación y el puesto másventajoso para su alma y que le sea de mayor consuelo en punto de muerte. (XVII, 263).
                • Es cosa sumamente importante y decisivo para la juventud, que jamás se aleje un niño descontento de nosotros. Al contrario, que se aleje contento, con alguna promesa o una palabra que lo anime a volver a buscarnos con gusto. (I, 153-4).
                • ¡Ah, que desgracia, cuando en una Casa se forman dos bandos!. Son como dos campos, como dos banderas que si no son contrarias, están al menos divididas. (V, Cap. VII).
                • Quisiera persuadir a todos, o mejor, darles una instrucción a todos sobre el espíritu salesiano que debe animar y guiar nuestros actos y todas nuestras conversaciones. El Sistema Preventivo debe ser nuestro sistema propio. Nada de castigos penosos, ni palabras humillantes, ni reprensiones severas en presencia de los demás. (V, Cap. VII).
                  • Siempre hay motivo para dar gracias a Dios, a cuya bondad se debe el bien que se está haciendo entre nosotros. (IV, 427)