MARÍA

  

  • La devoción y el amor a María Santísima es una gran protección y un arma poderosa contra las asechanzas del demonio.  (BAC. 679).
  • Aún cuando María os obtuviera muchas gracias, de nada os servirían, si no os consiguiera la de no caer en pecado mortal. (BAC. 677).
  • Estad seguros de que cuanto más puras sean vuestras miradas y palabras, tanto más agradaréis a la Vírgen María y mayores gracias os obtendrá Ella de su divino Hijo y Redentor nuestro. (BAC. 678).
  • Si queréis, amados jovencitos, ser los verdaderos amigos de Jesús y María, debéis no tan sólo huir de los escandalosos, sino esforzaros con el buen ejemplo a reparar el gran mal que éstos hacen a las almas. (BAC. 685).
  • Si María favorece tanto a este miserable cuerpo, ¿cuántos favores no concederá a las almas que la invocan?. (M.B. 70).
  • Si todos los hombres fuesen verdaderamente devotos de María, qué felicidad habría en este mundo. (M.B.77).
  • Con la frecuente comunión, vosotros mereceréis ser muy queridos de Dios y de los hombres; y María Santísima os concederá la gracia de no morir sin los Santos Sacramentos al fin de la vida. (XVII, 271-2).
  • Humildad, obediencia y castidad os harán gratos a María Santísima. (VIII, 131).
  •  En todos los peligros invocad a María, y os aseguro que seréis (VII, 360).
  • Es casi imposible llegar a Jesús, si no es por medio de María. (VII, 677).
  • María quiere la realidad, no las apariencias. (VIII, 130).
  • Nuestra Madre, concede grandes favores a los que hacen bien su novena. (XII, 572).
  • Seamos devotos, sobre todo, de María Santísima; invoquémosla de corazón y Ella nos protegerá. (XII, 610).
  • Desgraciadamente peregrinamos aún por este valle de lágrimas y estamos lejos de la patria celeste y de nuestra querida Madre; sin embargo confiemos en Ella, invoquemos a María, con toda piedad, que es toda bondad para con nosotros. (I, 11112).
  • Asistir con devoción a la Santa Misa, visitar a Jesús Sacramentado, recibir la Comunión Sacramental o al menos hacerla espiritual, son prácticas de sumo agrado a María y un conducto eficaz para obtener gracias especiales. (XVII, 261).
  • A nuestra Congregación la conduce Dios y la protege María Santísima. (XVIII, 531).
  • Propagad constantemente la devoción a María Santísima Auxiliadora y a Jesús Sacramentado. (Recuerdos a los primeros misioneros).
  • (Recomendación de Don Bosco moribundo). CUANDO HABLÉIS O PREDIQUÉIS, INSISTID SOBRE LA DEVOCIÓN A MARÍA SANTÍSIMA. (XVIII, 532).
  • La Santísima Virgen María continuará protegiendo nuestra Congregación y las obras salesianas, si seguimos poniendo toda nuestra confianza en Ella, y nos esforzamos en propagar su culto. (VII, 260).
  • Publíquese, dígase y predíquese por todos los medios, que María Auxiliadora ha obtenido y obtendrá gracias particulares y aún extraordinarias y milagrosas, a los que ayudan cristianamente a la juventud en peligro, con obras, consejos, con el buen ejemplo o simplemente con la oración. (XVII, 260).
  • La fiesta de la Santísima Virgen y más aún, sus solemnidades, sus novenas, sus triduos, el mes a Ella consagrado, sean siempre fervorosamente inculcados en público y en privado; con folletos, con libros, con medallas, con imágenes, con publicar o simplementecontar gracias y bendiciones que nuestra celeste Bienhechora concede a cada instante a la humanidad doliente. (XVII, 261).
  • En charlas particulares gánense las confidencias indistintamente de todos los alumnos; evítense las amistades particulares y la parcialidad entre los alumnos; cuando ocurran solemnidades o simplemente fiestas en honor de la Vírgen, no se deje pasar la oportunidad sin anunciarlo. (VII, 525).
  • Vosotros ni remotamente podéis daros cuenta qué privilegio tan grande es haber ingresado en el Oratorio. En nombre de Dios osaseguro: Basta que un joven entre en una Casa Salesiana, para que la Vírgen Santísima lo tome inmediatamente bajo su protección especial. (V, Cap. VII).
  • La Vírgen Santísima nos consiga de su Divino Hijo, días de paz y acierto, a fin de poder amar y servir a Dios en la tierra y gozar un día la bienaventuranza en el cielo. (VI, 550).
  • (Don Bosco al fin de su vida). Recomendad la frecuente comunión y la devoción a María Santísima Auxiliadora. (XVIII, 502-533).
  • Para obtener una gracia especial, la jaculatoria más eficaz es ésta: «María Auxiliadora, rogad por nosotros». (XIII, 410).
  • En el cielo nos quedaremos gratamente sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por nosotros en la tierra. (XV, 390)