ORACIÓN

  • La oración es para el sacerdote como el agua para el pez, el aire para el pájaro, y la fuente para el ciervo (III, 246).
  • La oración es tan necesaria para los que se consagran a Dios, como el fusil para el solado (III, 613).
  • El hombre que no reza, es un hombre perdido. (IX, 997).
  • La oración es para el alma como el calor para el cuerpo. (IX, 997).
  • La oración vocal, si no se acompaña con la mental, es como un cuerpo sin alma. (IX, 997).
  • Las jaculatorias tienen el valor de la oración vocal y mental. (IX, 997).
  • Con la oración se obtiene todo lo que es necesario para nuestra salvación. (XIV, 86).