PENITENCIA
- Sin penitencia no se puede conservar la inocencia. (XVII, 727).
- Con pequeñas mortificaciones se vencen las pequeñas insidias del demonio. (IX, 355).
- Decídete, pues, a servir al Señor y haz penitencia; no esperes para cuando ya no sea tiempo. (BAC. 693).
- No dejar nunca la penitencia para la vejez, cuando las fuerzas ya no lo acompañan a uno. (II, 362).
- La penitencia que el Señor quiere de ti es tu obediencia. (V, 209).
- ¿Queréis que os recomiende una manera fácil de hacer penitencia, adaptada a vuestra edad y condición?. Os sugiero un ayuno que todos podéis hacer: esto es, cuidar vuestro corazón y vuestros sentidos. Haced ayunar al demonio no cometiendo ningún pecado. Atended los sentidos externos. Haced ayunar a vuestros ojos. (XII, 143).
- Muchas veces la mejor penitencia consiste en observar el horario. (XIII, 89). Podéis hacer alguna mortificación soportando con paciencia ciertas contrariedades, un poco de calor o un poco de frío, sin lamentarse. (XII, 144).
- Es un grave error creer que la penitencia tienen que practicarla únicamente los pecadores. La penitencia es necesaria también para conservar la inocencia. (XVII, 726).
Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Asumiremos que está de acuerdo con esto, pero puede optar por no participar si lo desea. AjustarAceptar Privacy & Cookies Policy